Simbolismo

H.P.Blavatsky: notas de simbología vikinga

1-COSMOGÉNESIS ENTRE LOS VIKINGOS

Siguiendo con las notas filosóficas  que hay en las obras de H.P.Blavatsky sobre la religión germánica o vikinga, destacamos, por ejemplo, la descripción del proceso de creación del Cosmos, que hace en el capítulo “El Huevo del Mundo” del volumen II (edición española o portuguesa) de la Doctrina Secreta:

«En la Cosmogonía escandinava, considerada por el profesor Max Müller como “muy anterior a los Vedas”[1], en el poema de Wöluspa, el Canto de la Profetisa, se descubre de nuevo el Huevo del Mundo en el Germen-Fantasma del Universo, que está representado como recogido en el Ginnungagap, la Copa de la Ilusión, Mâyâ, el Abismo Ilimitado y Vacío. En esta Matriz del Mundo, antes región de oscuridad y de desolación, Nefelheim, el Lugar de la Niebla (el nebular, como lo llaman ahora), en la Luz Astral, cayó un Rayo de Luz Fría, que hizo rebosar la copa, y se heló en ella. Entonces, el Invisible sopló un Viento ardiente que disolvió las Aguas congeladas y aclaró la Niebla. Estas Aguas (Caos), llamadas Corrientes de Eliwagar, destilándose en gotas vivificantes, cayeron y crearon la Tierra y el gigante Ymir, que sólo tenía la “semejanza del hombre” (el Hombre Celeste), y la Vaca Audumla (la “Madre”, Luz Astral o Alma Cósmica), de cuya ubre fluyeron cuatro torrentes de leche; los cuatro puntos cardinales, los cuatro manantiales de los cuatro ríos del Edén, etc.; cuyos “cuatro” están simbolizados por el Cubo en todos sus diferentes significados místicos.»

Texto de difícil explicación, en que se muestra cómo fueron creadas nuestro planeta, en particular, o las estrellas e incluso el cosmos, en general. El Cubo (los cuatro ríos, etc.) como símbolo geométrico de esta Creación. El encuentro entre Espíritu y Materia, o Pensamiento Divino y Sustancia Primordial, como los dos ejes de la Cruz que se va a convertir en universo y vida. Aquí son el Lugar de la Niebla y el Viento Ardiente (y el Rayo de Luz fría), en la región intermedia de ambos es donde moran Dioses, Hombres y Enanos.

La vaca Audumla es la Gran Madre, o como dice HPB, la Luz Astral o Alma Cósmica, que lame el hielo del mar primordial y lo convierte en leche, en ríos de vida que van a alimentar a todos los seres. El mismo gigante Ymir va a ser despedazado por los Tres Dioses Creadores (Wotan, Willi y We), que son el equivalente al Triplo Logos Platónico (Voluntad que se convierte en Ley; Amor y Sabiduría que se convierten en Energía y vida; e Inteligencia que construye todas las formas que existen). Y del cuerpo muerto en pedazos de Ymir se va a crear la Tierra entera, sus montañas de los huesos, sus mares y ríos de su sangre, las nubes de su cerebro, etc.

Respecto a las corrientes de Eliwagar, significan, literalmente, “Olas de hielo”, y en el Edda se dice de ellas que:

“Las corrientes llamadas ondas de hielo, aquellas que eran tan largas que provienen de las fuentes  en que el veneno que fermentaba sobre ellas se había endurecido como la escoria que sale del fuego, se convirtieron en hielo; y cuando el hielo se detuvo y dejó de correr, se congeló por encima. Pero la llovizna que subía del veneno se congeló hasta la escarcha, y la escarcha aumentó, escarcha sobre escarcha, una sobre otra, incluso en Ginnungagap, el vacío que se abre como un bostezo.”

En otro capítulo del mismo volumen de la Doctrina Secreta, en “La Teogonía de los Dioses Creadores” añade otra página más de comentarios a las enseñanzas de los Eddas:

«En la Cosmogonía Escandinava se expone lo mismo:

Al principio había un gran Abismo (Caos); ni el Día ni la Noche existían; el Abismo era Ginnungagap; la vorágine siempre abierta, sin principio ni fin. El Todo-Padre, el Increado, el No visto moraba en las profundidades del “Abismo” (Espacio) y quiso y lo que quiso vino a la existencia[2]

Lo mismo que en la cosmogonía inda, la evolución del Universo está dividida en dos partes, que son las llamadas en la India las creaciones Prakrita y Padma. Antes de que los cálidos rayos emanados de la Mansión del Resplandor despierten la vida en las Grandes Aguas del Espacio, aparecen los Elementos de la primera creación, y de ello es formado el Gigante Ymir, u Orgelmir (que significa al pie de la letra barro hirviente), la Materia Primordial diferenciada del Caos. Viene después la Vaca Audumla, la Nutridora, de la que nació Buri, el Productor, cuyo hijo Bôr (Born, o el nacido), con Bestla, la hija de los gigantes del Hielo (hijos de Ymir), tuvo tres hijos: Odín, Willi y We, o sea, el Espíritu, la Voluntad y la Santidad. Esto era cuando aún reinaba la Oscuridad a través del espacio; cuando los Ases, los Poderes Creadores o Dhyân Chohans a-un no se habían desplegado, y cuando el Yggdrasil el Árbol del Universo, del Tiempo y de la vida, no había crecido todavía, y no existía aún ningún Walhalla o Recinto de los Héroes. Las leyendas escandinavas acerca de la Creación de nuestra Tierra y del Mundo principian con el tiempo y la Vida humana. Todo lo que la precede, es para aquellas la Obscuridad, en la que el Todo-Padre, la Causa de todo, habita. Según observa el editor de Asgard and the Gods, aunque esas leyes encierran la idea de aquel todo-Padre, causa original de todo, “apenas sí se le menciona en los poemas”, no porque, como él piensa, “no fuese capaz la idea de elevarse a conceptos claros acerca de lo Eterno” antes de la predicación del Evangelio, sino a causa de su carácter profundamente esotérico.»

Desde cierto aspecto las dos Creaciones son las de los Elementos (la Primera) y las Formas de vida que surgen de estos Elementos (La Segunda). El gigante Ymir en una clave es la Tierra en proceso de formación caótica (como barro hirviente), antes de la conformación de nuestro planeta que va a permitir que en el aparezcan los organismos vivos. La Vaca Audumla, Gran Madre o también Luz Astral va a ser quien permita que estos elementos se conviertan en vida que nutre. Espiritualmente es la acción del Logos solar (triple, Odín Willi y We) y físicamente de la luz y energía del Sol quien va a despedazar esta masa caótica de nuestra tierra, diferenciando los elementos y creando un escenario apto para los infinitas vidas que en él han de evolucionar.

En una clave, Buri (el productor) y Bôr (Born, el “primer nacido”) deben ser iguales al Adi (el primero) y al Anupadaka (“sin padres” de la teosofía hindú), anteriores a la acción del Logos en la conformación de los poderes dinámicos en la concavidad del Espacio-Tiempo, o sea, en el Huevo de Oro de la Existencia Manifestada. Sea esta una galaxia, un cúmulo de estrellas (nacidas de la misma nebulosa madre), un sistema solar o un planeta… o incluso un feto humano desde y en su placenta.

 

2-EL YGGDRASIL, ARBOL DE LA VIDA

Otra de las referencias de HPB en la Doctrina Secreta sobre simbología escandinava aparece en el capítulo: “El culto del Árbol, de la Serpiente y del Cocodrilo”. Profundísimas enseñanzas, como siempre:

“Así pues, al principio de su unida existencia como símbolo del Ser Inmortal, el Árbol y la Serpiente eran, verdaderamente, imágenes divinas. El árbol estaba invertido, y sus raíces nacían en el cielo surgiendo de la Raíz sin Raíz del Ser-Todo. Su tronco creció y se desarrolló; al cruzar los planos del Pleroma, proyectó transversalmente sus ramas exuberantes, primero en el plano de la materia apenas diferenciada, y luego hacia abajo, hasta que tocaron el plano terrestre. Por eso se dice en el Bhagavad gita que el Árbol de la Vida y de la Existencia, Ashvattha cuya destrucción es lo único que conduce a la inmortalidad, crece con sus raíces arriba y sus ramas abajo. Las raíces representan el Supremo Ser o Causa Primera, el Logos; pero hay que ir más allá de estas raíces para unirse uno mismo con Krishna, que, dice Arjuna, es “más grande que Brahmâ, y la Causa Primera… lo indestructible, lo que es, lo que no es y lo que está más allá de ellos”. Sus ramas principales son el Hiranyagarbha (Brahma o Brahman, en sus manifestaciones más elevadas, dice Shrîdhara Svâmin y Madhusûdana), los más elevados Dhyân Chohans o Devas. Los Vedas son sus hojas. Sólo aquel que va más allá de las raíces no volverá más; esto es, no reencarnará durante esta Edad de Brahmâ.

Sólo cuando sus ramas puras tocaron el lodo terrestre del Jardín del Edén, de nuestra Raza Adámica, se manchó este Árbol con el contacto y perdió su prístina pureza; y la Serpiente de la Eternidad, el Logos nacido del cielo, se degradó finalmente. En los tiempos antiguos, en los días de las Dinastías Divinas en la Tierra, este reptil ahora temido, era considerado como el primero rayo de luz que salió del abismo del  Divino Misterio. Variadas fueron las formas que se le dieron, y numerosos los símbolos naturales que se le asignaron, a medida que cruzó los eones del tiempo; pues desde el Tiempo Infinito; pues desde el Tiempo Infinito mismo (Kâla), cayó dentro del espacio y del tiempo desenvueltos por la especulación humana. Estas formas eran cósmicas y astronómicas, deístas y panteístas, abstractas y concretas. Se convirtieron por turno en el Dragón Polar y en la Cruz, el Alfa Draconis de la Pirámide y el Dragón indo-buddhista, que siempre amenaza, pero que nunca se traga el Sol durante los eclipses. Hasta entonces, el Árbol permaneció siempre verde, pues era regado por las Aguas de la Vida; el Gran Dragón permaneció siempre divino mientras se mantuvo dentro de los límites de los campos siderales. Pero el árbol creció, y sus ramas inferiores tocaron por fin a las Regiones Infernales, nuestra Tierra. Entonces, la Gran Serpiente Nidhögg –aquella que devora los cadáveres de los pecadores en la “Región de la Desdicha” (la vida humana), en el momento en que se hunden en el Hwergelmir, el rugiente hervidero (de pasiones humanas) –empezó a roer el Árbol del Mundo. Los gusanos de la materialidad cubrieron sus raíces, antes saludables y poderosas, y ahora están ascendiendo más y más alto a lo largo del tronco, mientras que la Culebra Migdard, enroscada en el fondo de los Mares, rodea la Tierra y, con su aliento venenoso, la hace impotente para defenderse.”

En este pasaje se dan varias claves del significado profundo tanto del Hwergelmir, “el rugiente hervidero”, que se identifica con la vida humana en la tierra, en el plano más denso de su manifestación, expuesto a todas las pasiones nacidas de la ignorancia y falta de plenitud. Incluso el infierno o “región de la desdicha” no es un “lugar aparte” de la vida humana, es ella misma, cuando está en la tierra. Como muchas veces repitió H.P.B., no hay más infierno del que vive el hombre crucificado por su Karma, que la sepultura en que el alma está mientras estamos vivos y o la sabiduría o la muerte no nos han liberado aún. Esta vida o plano de conciencia en la materia es en el que vive la serpiente Nidhögg, que es la misma Luz Astral que devora a sus víctimas, el cadáver de todo aquello que no ha sido convertido en pensamiento o sentimientos puros, en la pura luz del espíritu. La imagen de cómo los gusanos de la materialidad van ascendiendo por el Árbol de la Vida es muy sugerente, son los residuos kármicos o semilLas de acción los que precipitan a la extinción a todo ser manifestado. El metal es oxidado, el niño pierde la inocencia al tornarse adulto, las aguas su pureza cuando descienden al mar, el cuerpo envejece con los años y las mismas células o reciben orden de no reproducirse más o se convierten en un monstruo cancerígeno que todo lo devora, matando finalmente al organismo “huésped”.

También se habla de la Serpiente Migdard contra la que Thor lucha, amenazando con su aliento envenenado a la Tierra entera, y esperando el momento de la gran batalla, del crepúsculo de los Dioses en el Ragnarok.

3-ORIGEN DE LA HUMANIDAD

Y a continuación un estudio de la autora de la Doctrina Secreta sobre el origen de la Humanidad en la religión escandinava. De cómo somos un “árbol de vida, forma y conciencia” dentro del gran Árbol de Vida que es nuestra Tierra o Biosfera, como un fruto más del gran Árbol Macrocósmico, que es la Vida de nuestro Universo, in toto. La trinidad del ser humano es, según esta narración cuerpo (sangre y huesos, por Lodur), sensibilidad e inteligencia (Hönir) y espíritu (“vida y alma”, por Odín). Equivalente a la división en tres partes de la filosofía griega: Cuerpo (Soma), Alma (Psique) e Inteligencia (Nous).

«En las Leyendas Norse reconocemos en Asgard la morada de los Dioses, así como también en los mismos Ases, los mismos místicos locii[3] y personificaciones entretejidas en los “mitos” populares, como un nuestra Doctrina Secreta; y las vemos en los Vedas, los Puranas, las Escrituras Mazdeístas y la Kabalah. Los Ases de Escandinavia, los Regentes del mundo que precedió al nuestro, cuyo nombre significa literalmente los “Pilares del Mundo”, sus “Soportes”, son, pues, idénticos a los cosmocratores griegos, los siete “Obreros” o Recotres del Pymander, los siete Rishis y Pitris de la India, los siete dioses caldeos y los siete Espíritus Malos, los siete Sephirot cabalísticos, sintetizados por la tríada superior, y hasta los siete Espíritus Planetarios de los místicos cristianos. Los Ases crean la tierra, los mares, el firmamento y las nubes, todo el mundo visible, de los restos del gigante asesinado Ymir; pero no crean al HOMBRE, sino sólo su forma, del árbol Ask o Ash. Odín es quien le dota de vida y alma, después que Lodur le hubo dado sangre y huesos, y finalmente Hönir es quien le proporciona la inteligencia (Manas) y los sentidos conscientes. El Ask Norse, el árbol Ash de Hesíodo, de donde procedieron los hombres de la generación de bronce, la Tercera Raza Raíz, y el árbol Tzité del Popol Vuh, del cual fue creada la tercera raza mexicana de hombres, son todos lo mismo. Esto puede verlo claramente cualquier lector. Pero la razón oculta de por qué el Yggdrasil norse, el Ashvattha indo, el Gogard, el árbol de la vida helénico y el Zampún tibetano, son lo mismo que el Árbol Sephirótico Kabalístico, y hasta que el Árbol Santo hecho por Ahura Mazda, y el Árbol del Edén, ¿quién, entre los sabios occidentales, puede decirlo? Sin embargo, el fruto de todos estos “Árboles”, ya sea Pippala, o Haoma, o aún la más prosaica Manzana, son las “plantas de la vida”, en hecho y en verdad. Los prototipos de nuestras razas estaban todos incluidos en el Árbol Microcósmico, que crecía y se desarrollaba dentro y bajo el gran Árbol Macrocósmico del mundo; y el misterio se halla medio revelado en el Dîrghotamas, en donde se dice:

Pippala, el dulce fruto de ese árbol, al cual acuden los espíritus que aman la ciencia, y donde los dioses producen todas las maravillas.»

Lo mismo que en el Gogard, hallase la “Serpiente” entre las exuberantes ramas de todos estos Árboles del Mundo. Pero al paso que el Árbol Macrocósmico es la Serpiente de la Eternidad y de la absoluta Sabiduría misma, las que moran en el Árbol Microcósmico son las Serpientes de la Sabiduría Manifestada. Una es el Uno y el Todo; las otras son sus partes reflejadas. El “Árbol” es el hombre mismo, por supuesto, y la serpiente que en cada uno mora, es el Manas (Mente) consciente, el eslabón que relaciona el Espíritu con la Materia, el Cielo con la Tierra.

 

4-LA CREACIÓN DE LA TIERRA Y DEL HOMBRE

Disponemos también del siguiente texto en el volumen I de Isis sin Velo, el libro más asombroso quizás del siglo XIX, por su profundidad y erudición y la cantidad insondable de verdades enunciadas y sugeridas.

“En la cosmogonía escandinava, los hijos de Bur matan al gigante Imir, y tan caudalosos ríos de sangre brotaron de sus heridas, que sumergieron a toda la raza de fríos y helados gigantes, salvándose únicamente Bergelmir y su mujer, refugiados en una barca, por lo que fueron padres de una nueva raza de gigantes, nacida del mismo tronco. Todos los hijos de Bur se salvaron del diluvio.

El gigante Imir simboliza la primitiva y ruda materia orgánica, las ciegas fuerzas cósmicas en estado caótico, antes de recibir el inteligente impulso del divino Espíritu que reguló su movimiento en leyes inmutables. La progenie de Bur son los “hijos de dios” o los dioses menores a que alude Platón en su Timeo, a los cuales fue encomendada la creación del hombre pues sacan del caótico abismo (el ginnungagap) los mutilados restos del gigante Imir y se sirven de ellos para crear el mundo. Su sangre forma los ríos y los mares; sus huesos las montañas; sus dientes las rocas y peñascos; sus cabellos los árboles; su cráneo la bóveda celeste sustentada en las cuatro columnas de los puntos cardinales, y sus cejas formaron el Edén, la futura morada del hombre. Para tener correcta idea de esta morada (la Tierra) dicen los Eddas que es necesario concebirla redonda como un anillo o como un disco flotante en la neblina del océano celeste (éter). Está circundada por Yörmungand, el gigantesco Midgard o serpiente que se muerde la cola, la culebra mundanal, símbolo de la  materia dimanante de Imir, compenetrada con el espíritu de los hijos de Dios, que produjeron y modelaron todas las formas. Esta emanación es la luz astral de los cabalistas y el hipotético éter de los físicos modernos.

La misma leyenda escandinava de la creación del  hombre nos da a entender cuán convencidos estaban los antiguos de la trina naturaleza humana. Según el Völuspa, Odín, Hönir y Lodur, los progenitores de nuestra raza, mientras paseaban por la orilla del mar vieron dos palos que inertes y sin utilidad alguna flotaban en el agua. Odín les infundió el soplo de vida. Hönir les dio alma y movimiento. Lodur les dotó de belleza, palabra, vista y oído. Al hombre le llamaron Askar (fresno) y a la mujer Embla (aliso). Pusieron a esta primera pareja en el Edén y recibieron de sus creadores materia o vida inorgánica, mente o alma y espíritu puro. La primera procedía de los restos del gigante Imir; la segunda de los Aesires (dioses descendientes de Bur) y el tercero de Vanr (representación del puro espíritu).

Según otra versión del Edda, el universo visible surgió del centro de las frondosas ramas del Iggdrasill (árbol del mundo de tres raíces). Por debajo de la primera raíz corre el manantial de vida (Urdar) y debajo de la segunda está el famoso pozo de Mimer, en cuyo fondo se ocultan la inteligencia y la sabiduría. Odín pide un vaso de agua de este pozo y lo consigue con la condición de dejar un ojo en prenda. Este ojo es el símbolo de la Divinidad, porque Odín lo deja en el fondo del pozo. Del árbol del mundo cuidan tres doncellas (nornas o parcas), llamadas Urdhr, Verdandi y Skuld, símbolos del pasado, el presente y el futuro. Todas las mañanas, mientras computa la duración de las vidas humanas, sacan agua de la fuente de Urdar para regar las raíces del árbol del mundo. Las emanaciones del fresno (Iggdrasill), al condensarse y caen en el suelo dan existencia y forma a la materia inanimada. Este árbol simboliza la vida universal, así orgánica como inorgánica; sus emanaciones significan el espíritu que vivifica las formas de la creación; y de sus tres raíces, una se extiende hacia el cielo, otra hacia la morada de los magos (gigantes de las altas montañas), y la otra, bajo la cual mana la fuente Hvergelmir, la roe el monstruo Nidhögg, que constantemente induce a los hombres al mal.”

Esto es del capítulo V del volumen I. Añadimos un párrafo escrito poco antes, que dice:

“Los Eddas escandinavos dicen que durante la noche, cuando el ambiente está impregnado de humedad, cae el rocío de miel, alimento de los dioses y de las creadoras abejas yggdrasillas. Esto simboliza el pasivo principio de la creación del universo sacado de las aguas , y el rocío de miel es una modalidad de la luz astral con propiedades creadoras y destructoras.”

En estos textos sagrados escandinavos y en el comentario que hace H.P.Blavatsky vemos conocimientos asombrosos. Por ejemplo, la forma que tiene de hecho la Tierra en el Espacio, electromagnéticamente hablando es como un donuts (“redonda como un anillo”) o una sección de columna (así la describió Tales de Mileto) o como un disco circular.

El significado esotérico de la serpiente Midgard como la Luz Astral que envuelve al nuestro planeta es también de gran interés. En la luz astral se entrelazan la acción de los poderes divinos creadores y las emanaciones de la materia densa (símbolo de la  materia dimanante de Imir, compenetrada con el espíritu de los hijos de Dios, que produjeron y modelaron todas las formas)  Es por tanto hijo de los Dioses y del Abismo, es contra ella que lucha Thor incesantemente hasta terminar matándola en el Ragnarok, aunque también muere él intoxicado por su veneno. El veneno que puede acumular la luz astral –en forma de escorias kármicas- y que terminan por disolver el poder creador de Fohat o electricidad divina que es lo que Thor representa como Señor del Relámpago.

Es también admirable la división tripartita en la creación del hombre y de la Tierra. El gigante Imir representa la materia con sus impulsos titánicos caóticos (los gigantes). Los dioses Ases las fuerzas del alma y mentales que la forjan y modelan, las que construyen el Plan divino luchando contra la inercia y poder de los elementos. Mientras que los Vanes dice HPB que son el espíritu puro. Recordemos la guerra primitiva de los Ases, guerreros y siempre en acción, y los pacíficos Vanes. Cuando entre ellos se hizo la paz, dos Vanes fueron a vivir con los Ases: la diosa del Amor, Freya y el dios de la Luz, Froh. Esta alegoría, de gran belleza es también de profundos significados. Sin este Amor y Luz Espiritual los mismos dioses creadores sucumbirían, desligados de la Eternidad, serían fuerzas mentales girando desgarrando el vacío sin finalidad, sin nada que los sustentase ni guiase. Aunque el Espíritu es inactivo es el sostén de todas las fuerzas del alma y la mente, la raíz de las virtudes, que permiten modelar y trabajar en la Tierra para que esta sea digno receptáculo del Cielo.

Llama la atención también la imagen del Ojo de Odin que quedó en el fondo del pozo de la Sabiduría –como el Ojo de dios en el Triángulo de las tradiciones masónicas-En todas las escenas de este Dios le vemos sin un ojo, pero nunca pensamos qué paso con el ojo con el que “pagó” la sabiduría, qué sucedió con él. Y ahí está la clave, la respuesta. Es así semejante al Ojo de Osiris, proyectado también en la infinitud del espacio de Isis, mirando desde lo alto y hacia dentro el Trono de la Señora de Vida, o sea, la Piedra Cúbica de los Alquimistas.

 

5-UNA INTERPRETACIÓN DEL MITO DE THOR

Hallamos también en el volumen I de Isis sin Velo una interpretación del mito de Thor, asociándolo a la naturaleza de la electricidad.

“Mucho más sublime y poético es el espíritu religioso del mito escandinavo. En el insondable abismo del mundo (Ginnungagap) luchan con ciega y rabiosa furia la materia cósmica y las fuerzas primarias, cuando el dios inmanifestado envía el benéfico soplo del deshielo desde la ígnea esfera del empíreo (Muspellheim), entre cuyos refulgentes rayos mora mucho más allá de los límites del mundo. El alma del Invisible, el Espíritu flotante sobre las negras aguas del abismo, hace surgir del caos el orden y después de dar el impulso a la creación toda, queda la CAUSA PRIMERA in statu abscondito.

La religión y la ciencia se hermanan en los cantos del paganismo escandinavo. Cuando Thor, el Hércules del Norte, hijo de Odín, ha de empuñar la terrible maza de donde brota el rayo, se calza guanteletes de hierro. Lleva además el cinto de fuerza o cinturón mágico que acrecienta su celeste poderío. Monta un carro con lanza de hierro, cuyas ruedas giran sobre nubes preñadas de rayos, tirado por dos carneros con frenos de plata y su frente temible está coronada de estrellas. Esgrime Thor su martillo con fuerza irresistible contra los rebeldes gigantes helados a quienes vence, derrite y aniquila. Cuando los dioses han de celebrar asamblea en la fuente de Urdar para decidir los destinos de la humanidad, todos se encaminan allá montados menos Thor, que va por su pie, temeroso de que al atravesar el Bifrost (arco iris) o puente Aesir de variados colores, lo incendie con su fulgurante carro y hiervan las aguas de Urdar.

Lisa y llanamente ¿qué interpretación cabe dar a este mito sino que el autor de la leyenda conocía no poco la electricidad? Thor, personificación de la energía eléctrica, para manejar el fluido se pone guanteletes de hierro, es decir, del metal conductor. El cinturón de fuerza es el circuito cerrado por donde fluye la corriente eléctrica. El carro cuyas chispeantes ruedas giran sobre las cargadas nubes simboliza la electricidad en actuación. La puntiaguda lanza sugiere la idea del pararrayos y el tiro de carneros representa el principio masculino con el femenino de los frenos de plata, puesto que éste es el metal de Astarté o Diana (la luna). En el carnero y el freno vemos combinados en oposición los principios activo y pasivo de la naturaleza. El carnero impulsa y el freno retiene, pero ambos están sujetos a la omnipenetrante energía eléctrica que los mueve. De esta energía primaria y de las múltiples y sucesivas combinaciones de ambos principios masculino femenino dimana la evolución del mundo visible, gloriosamente cifrado en el sistema planetario que simboliza el círculo de estrellas que ornan su frente. Los terribles rayos de Thor (electricidad activa) prevalecen contra las fuerzas titánicas representadas en los gigantes; pero al reunirse con los dioses menores, ha de atravesar a pie el Bifrost o puente del arco iris y bajar del carro (pasar al estado latente), pues de otro modo aniquilaría todas las cosas con su fuego. Respecto a que Thor teme poner en ebullición las aguas de la fuente Urdar, no comprenderán los físicos modernos el significado de este mito hasta que se determinen completamente las recíprocas relaciones electromágnéticas de los elementos del sistema planetario, que ahora tan sólo se presumen, según vemos en los recientes ensayos de Mayer y Hunt. Los  filósofos antiguos creían que los volcanes y los manantiales de agua termal dimanaban de subterráneas corrientes eléctricas, que también eran causa de los sedimentos minerales de diversa índole que originan las fuentes medicinales. Si se objeta que los autores antiguos no expresan claramente estos hechos porque, según los modernos, nada sabían de electricidad, redargüiremos diciendo que nuestra época no conoce todas las obras de la sabiduría antigua. Las claras y frescas aguas de Urdar regaban diariamente el místico árbol del mundo, y si las hubiese enturbiado Thor (electricidad activa), las habría convertido seguramente en aguas minerales ineficaces para el riego.

Estos ejemplos corroboran la antigua afirmación de los filósofos de que en todo mito hay un Logos y un fondo de verdad en toda ficción.»

En Doctrina Secreta, en la sección de Simbolismo, explica H.P.Blavatsky que cada símbolo de estos grandes textos sagrados puede ser leído desde siete perspectivas o usando de siete llaves de interpretación (que finalmente son hasta 49 -7×7- e incluso 343, 73 –es decir las siete direcciones del espacio con todas sus correlaciones). En esta interpretación del Mito de Thor lo asocia con la Electricidad (y el Magnetismo) como principio que establece la vida y la existencia del mundo manifestado tal y como lo conocemos. Como fuerza diferenciadora y constructora, es decir como lo que los filósofos de la India llamaban Fohat, que simbolizaban, precisamente con la esvástica, que es una de las formas de evocar a Thor e incluso una de las formas de representar su martillo divino, el Miülnir. La Electricidad es la reina misma de la existencia. Cuando Volta hizo su primera pila eléctrica asociando los metales con los no-metales la ciencia se adentró en un misterio que ha permitido construir nuestro mundo y aún conocerlo en profundidades nunca soñadas. El carnero solar que va siempre hacia adelante (masculino) y el freno de plata (por tanto, lunar, que simboliza el principio femenino), son, asimismo, las fuerza centrífugas y centrípetas que equilibradas permiten el equilibrio del mundo. Igual que el dios egipcio Shu, que corre siempre como un viento divino simboliza el número dos, pues es la vida que corre como agua entre la montaña y el valle, o el viento entre una zona de alta y baja presión, o la electricidad entre los polos positivo y negativo; Thor es la electricidad y el dinamismo del espíritu activo (Fohat) que lucha contra los gigantes de hielo del pasado ya muerto o de la inercia, el poder o llama insaciable que hace girar los mundos; y muy semejante al Hércules griego, del que, precisamente, nos dice HPB en Isis sin Velo:

Hércules es también el Sol, considerado como depósito celeste del magnetismo universal. O, mejor dicho, Hércules  es  la luz magnética que transmitida a través del “ojo abierto en los cielos” penetra en las regiones  de nuestro planeta para convertirse en el Creador.

 

6-EL MARTILLO DE THOR, EL MIÖLNIR, O LA SVÁSTIKA

En el volumen III (edición española) de la Doctrina Secreta, leemos el siguiente texto sobre el simbolismo del Martillo de Thor, el Miülnir. Recordemos lo que dijo H.P.Blavatsky en un texto anterior, en que relaciona a Thor con la Electricidad Universal (Fohat), que es también el impulso heroico que nos hace avanzar en el camino de la evolución, luchando contra todas las formas de inercia y pasado muerto que petrifican nuestra alma. Como el Hacha de dos Filos, símbolo de los reyes en tantas civilizaciones, el Martillo de Thor es la fuerza espiritual, voluntad eléctrica en acción, que abre el camino para la vida, para la luz. Simboliza el Rayo, y del mismo modo que éste, con las modernas cámaras fotográficas de alta velocidad, vemos primero como una chispa se va abriendo camino hasta que establece la unión entre el Cielo y la Tierra, entre las dos polaridades, y ahí surge el relámpago que ilumina y quema, y también purifica el aire y fertiliza químicamente el suelo.

El texto de H.P.Blavatsky primero explica el simbolismo de la esvástica, símbolo antiquísimo e universal que vemos en el pecho de los Budas, o en su mano bendiciendo, o como emblema de la religión jaina, en las cerámicas geométricas de la Antigua Grecia o Cretense, en los más antiguos templos egipcios o en los mosaicos romanos, etc., etc.

Después explica que el Miülnir, siendo el símbolo de la voluntad y la guerra interior, de lucha contra las dificultades, una vez que se ha culminado el ciclo, que se ha llegado a la perfección del mismo, como quien ya ha subido a lo alto de la montaña, no importa lo alta que sea; ya no es necesario. Los hijos de Thor son la “humanidad consciente”, las mónadas espirituales de la misma: “Trajeron el Miölnir con ellos, no como arma de guerra, sino como martillo con el cual iban a consagrar los nuevos cielos y la nueva tierra”. Cuando la obra está concluida ya no es necesario el martillo que esculpe la piedra, ahora queda como mágica ofrenda en el templo. En la simbología budista, ya en “la otra orilla” –el Nirvana, la Eterna Paz- no es necesaria la barca para llegar a ella, ya no es necesario remar. El remo, con el nuestra barca avanza en las aguas de la materia y la ilusión no es ya necesario. Quizás éste sea el significado de la asociación de Ulises con el remo, es la acción de la voluntad y la inteligencia, la aventura y sus riesgos, hasta llegar a Ítaca. En ella queda como ofrenda y distintivo del “héroe que viajó”.

Respecto a los globos y Rondas que la autora menciona, no es fácil explicar su significado en unas líneas. Baste decir que son ciclos evolutivos en los distintos planos de conciencia de este Animal Cósmico que es la Tierra y en que la vida se mueve y perfecciona. Entre un Ciclo y otro hay un periodo nirvánico en que la la mónada o alma divina deja de estar crucificada en el escenario ilusorio del espacio y tiempo, de la sucesión de causas y efectos que los budistas llamaron samsara.

«La Svástika, el símbolo más sagrado y místico de la India (… es también) el Martillo de Thor, el arma mágica forjada por los Enanos contra los gigantes, o las Fuerzas Titánicas precósmicas de la Naturaleza que se rebelan, y que, al paso que viven en la región de la Materia, se resisten a ser dominadas por los Dioses, los agentes de la Armonía Universal, y tienen que ser primero destruidas. Esta es la razón por la cual el Mundo está formado por los restos del Ymir asesinado. La Svástika es el Miölnir, el “Martillo tempestuoso”, y por esto se dice que cuando los Ases, los Dioses santos, después de ser purificados por el fuego –el fuego de las pasiones y sufrimientos en sus encarnaciones-, se hacen dignos de habitar en el Ida en eterna paz, entonces el Miölnir será inútil. Esto sucederá cuando las cadenas de Hel –la Diosa reina de la región de la Muerte- no los aprisione más; pues el reino del mal habrá pasado.

Las llamas de Surtur no los habían destruido, ni tampoco aún las aguas devastadoras (de los diversos diluvios)… Allí estaban… los hijos del Thor. Trajeron el Miölnir con ellos, no como arma de guerra, sino como martillo con el cual iban a consagrar los nuevos cielos y la nueva tierra.

Verdaderamente, muchos son sus significados! En la obra macrocósmica, el “MARTILLO DE LA CREACIÓN” con sus cuatro brazos vueltos en ángulos rectos, se refiere al continuo movimiento y evolución del Kosmos invisible de las Fuerzas. En la del cosmos manifestado y de nuestra Tierra, indica la rotación de los ejes del mundo y sus cinturones ecuatoriales en los Ciclos del Tiempo; las dos líneas que forman la Svástika significan el Espíritu y la Materia, y los cuatro garfios indican el movimiento en los ciclos de revolución. Aplicado al microcosmos, al Hombre, lo muestra como un eslabón entre el Cielo y la Tierra (…) No es demasiado decir que el simbolismo compuesto de este signo universal de los más sugestivos, contiene la clave de los siete grandes misterios del Kosmos. Nacido de los conceptos místicos de los primitivos indoarios, u colocado por ellos en el vestíbulo mismo de la eternidad, en la cabeza de la serpiente Ananta (…) Es el Alfa y Omega de la Fuerza Creadora universal, desarrollándose del Espíritu puro y terminando con la materia densa (…)

Cuán proféticos son los cantos de las tres Diosas Norse, a quienes los cuervos de Odín murmuran el pasado y el futuro, al revolotear en sus moradas de cristal bajo el caudaloso río! Los cantos están todos escritos en los “Pergaminos de la Sabiduría”, de los cuales muchos se han perdido pero quedan aún algunos; y ellos repiten en poética alegoría las enseñanzas de las Edades Arcaicas. Extractando del Asgard and the Gods, del doctor Wagner, respecto de la “Renovación del Mundo”, que es una profecía acerca de la Séptima Raza de nuestra Ronda relatada en tiempo pasado se dice que:

El Miülnir había cumplido con su deber en esta Ronda, y:

En el campo de Ida, el campo de resurrección [para la Quinta Ronda] los hijos de los dioses más elevados se reunieron, y en ellos se levantaron nuevamente sus padres [los Egos de todas sus encarnaciones pasadas]. Hablaron del Pasado y del Presente y recordaron la sabiduría y profecías de sus antecesores, que se habían cumplido todas. Cerca de ellos, pero invisible para ellos, estaba el Uno fuerte y potente, que gobierna todas las cosas, hace la paz entre los que están irritados, y dirige las leyes eternas que rigen al mundo. Todos sabían que estaba allí, sentían su presencia y poder, pero ignoraban su nombre. A su mandato la nueva tierra surgió de las aguas [del Espacio]. Al Sur, sobre el Campo de Ida, hizo otro cielo llamado Audlang, y más lejos un tercero conocido por Widblain. Sobre la cueva de Gimil, fue erigido un palacio maravilloso, que estaba cubierto de oro y que brillaba resplandeciente al sol. [Estos son los tres Globos de nuestra Cadena que ascienden gradualmente]. Allí fueron los dioses entronizados, como lo estaban antes, y gozaban de su restauración y de los buenos tiempos. Desde las alturas de Gimil [el Séptimo Globo, el más elevado y puro], miraban a los dichosos descendientes de Lif [y Lifthrasir, el Adán y Eva futuros de la Humanidad purificada], y les indicaban que subiesen más arriba, que se elevasen en conocimiento y sabiduría, en piedad y en obras de amor, paso a paso, de un cielo a otro, hasta que finalmente pudiesen unirse a las divinidades en la casa del Todo padre.

El que conozca las doctrinas del Budhismo Esotérico, o sabiduría, aunque tan imperfectamente bosquejadas hasta ahora, verá claramente la alegoría que contiene lo arriba citado.»

 

7-LOKI, DIOS DEL FUEGO Y PROMETEO ESCANDINAVO

“Volviendo otra vez a este importantísimo asunto de la cosmogonía arcaica, hasta en las leyendas Norse, en los sagrados Rollos de la diosa Saga, vemos a Loki, el hermano carnal de Odín –lo mismo que Tifón, Ahrimán y otros, son respectivamente hermanos de Osiris y de Ormuzd-, convirtiéndose en mal solamente más tarde, después de haberse mezclado por demasiado tiempo con la humanidad. Igualmente que todos los demás Dioses del fuego o de la Luz –pues el fuego quema y destruye, así como calienta y da vida-, terminó por ser considerado en el sentido destructor del “Fuego. El nombre “Loki”,  sabemos por Asgard and the Gods que se ha derivado de la antigua palabra liuhan, iluminar. Tiene, por tanto, el mismo origen que el lux latino, luz. Por tanto, Loki es idéntico a Lucifer o el Portador de la luz. Este título, al ser aplicado al Príncipe de las tinieblas, es muy sugestivo, y es, en sí mismo una vindicación contra la calumnia teológica. Pero Loki está más estrechamente relacionado aún con Prometeo, pues le representan encadenado a una aguda roca, mientras que Lucifer, también identificado con Satán, estaba encadenado en el Infierno; circunstancia, sin embargo, que no impidió a ninguno de los dos de actuar con toda libertad en la Tierra, se aceptamos por completo la paradoja teológica. Loki es un dios poderoso, generoso y benéfico en los primeros tiempos, y el principio del bien y no del mal, en la primitiva Teogonía escandinava.”[4]

Es curioso, sin embargo, lo que la misma autora dice en otra de sus obras, el Glosario Teosófico:

“Loki–  El Espíritu maligno escandinavo, exotéricamente. En la filosofía esotérica es un “poder antagónico”, sólo porque está en oposición con la armonía primordial. En el Edda, es padre del terrible lobo Fenris y de la serpiente Midgard. Por la sangre es hermano de Odín [y de no de Thor, como aparece en los films y comics Marvel], el dios bueno y valeroso, pero por naturaleza es su antagonista. Loki-Odín son simplemente dos en uno. Como Odín es, en cierto sentido, el calor vital, así Loki es símbolo de las pasiones producidas por la intensidad del mentado calor.”

Y la autora lo diferencia de uno de los gigantes nacidos de Ymir, de los tiempos primordiales, y asociado al elemento Fuego: Logi, y de él dice en su Glosario

“Logi– Literalmente “llama”. Este gigante con sus hijos y allegados se dieron a conocer al fin como autores de todo cataclismo y conflagración en el cielo o en la tierra, permitiendo que los mortales los percibieran en medio de las llamas. Estos demonios-gigantes eran todos ellos enemigos del hombre y se esforzaban en destruir su obra dondequiera que la encontraban. Son un símbolo de los elementos cósmicos.”

Es evidente que está haciendo diferentes lecturas del símbolo, de este personaje mitológico. Resumiendo, y siempre asociado a la luz o al fuego, físico, pasional o mental, Loki representa:

-La luz de la Inteligencia y la astuta prudencia que permite encontrar soluciones a todos los problemas, metamorfoseándose, como hace Loki al convertirse en cualquier cosa, para adaptarse o conseguir su fin (como hace el mismo Ulises en la Odisea)

-Una especie de Tercer Logos o Mente creadora-destructora de formas, como el Shiva hindú. La mente para conocer debe primero destruir (análisis), reducir a los elementos fundamentales para volver de nuevo a recrear, agrupando de nuevo estos elementos (síntesis). Además la mente humana es dual (Manas-Kama Manas) y sólo puede conocer por comparación o creando un fondo para así definir algo no sólo por lo que es sino por lo que no es (usando así un principio del tercero excluido aristotélico), abriendo un abismo absoluto entre ambos y quebrando la unidad armónica dinámica de la misma vida. Por eso se dice en el libro místico tibetano “Voz del Silencio” que la mente es la destructora de la realidad.

-Los Dioses –Manasaputras en la India, padres de la Mente-que renunciaron a su condición angélica o divina, a su escenario evolutivo o paraíso, sacrificándose para enseñar a la Humanidad. Renunciando así a su conciencia de eternidad para asumir la de inmortalidad sufriente, en el reino de las pasiones de la atmósfera astral-infernal de la Tierra. De ahí las semejanzas con Lucifer –el que trae la Luz, y nombre de la estrella Venus- o con el titán Prometeo griego, que roba el fuego a los Dioses para dárselos a los hombres y es condenado a una roca (la Tierra), atado a ella –pero pudiendo actuar libremente en la misma- En su libertad, se rebelan contra una Ley que les impide hacer el bien, pero deben pagar las consecuencias de hacerlo, no se puede abandonar a un niño que tiene fácil acceso al fuego.

-Semejante al simbolismo de la Serpiente, que también representa la Sabiduría, Loki simboliza las pasiones humanas, propias del exceso de calor vital. Si bien, en general Odín es la Sabiduría Oculta, y como tal da nombre al día de Hermes, o sea, al Miércoles, y está asociado con el Dios y el planeta Mercurio; también, como Rey de los Dioses es el equivalente a Júpiter (el Jove que da nombre al quinto día de la semana). Y uno de los significados de Júpiter es la expansión vital, el calor que permite la reproducción de los gérmenes. En este caso, Loki, como hermano de Odín son las pasiones que este mismo calor vital pone en marcha, y ahí se convierte en enemigo de todos los Dioses, los lía, los traiciona, se acuesta con las Diosas y dejando tras de sí un rastro de problemas, sufrimientos y desgracias. Aquí él es el padre del lobo Fenris, el gran animal que condensa todos los males y el karma acumulado que pesa sobre un ciclo histórico. El lobo Fenris, se enfrenta y devora el primero, en el Ragnarok a Odín, que simboliza la voluntad que lleva adelante a todos los seres vivos que están en ese Ciclo, y por lo tanto, la voluntad encarnada del Ciclo mismo, que es devorada por el karma para dar nacimiento a una “tierra y cielos nuevos”, purificados. Y también en esta condición de “dios de las pasiones”, cristalización misma del “Yo Inferior” (como Wotan lo es, en una clave del Yo Superior o Bondadoso), es padre de la enorme serpiente Midgard, que rodea en los mares a la Tierra entera y que simboliza la Luz Astral condensada en esta misma Tierra.

 

Jose Carlos Fernández

Almada, 28 de abril del 2018


[1] Desde luego, H.P.B. hace el comentario irónicamente.

[2] Asgard and the Gods

[3] Loci son los “lugares retoricos”

[4] En el capítulo “Son los gigantes una ficción?” del volumen III de la Doctrina Secreta (edición española, pagina 275, en una nota)

1 comentario en “H.P.Blavatsky: notas de simbología vikinga”

  1. … Buenas sean, Don Jose Carlos.

    … Entre palabras arrancadas del bullicio que surge de La Emoción de apenas unos pocos pero es verdad que, al menos, unos cuantos, se formó una intensa vibración que se extendió, como bruma ribereña, desde la orilla hacia el tupido Bosque.

    … Asi lo vieron, mirando a Nada porque si Nada miraban, Todo veían. ¿ Cuáles, entonces, son los ojos?

    … Elíptica figura trazan los que miran El Cosmos. Parpadean, ahora, miles de soles que otrora fueran concebidos por simples formas de entender.
    Brujas y Hechiceros les llamaban y ardían sus cuerpos entre leña que, mira, ahora ya es papel. Ese donde esbozar trazos de un Misterio sin confines. Llámalo Universo.
    Acaso, quizás, sueñan las máquinas.

    … Pero ellos, apenas unos pocos pero, al menos, unos cuantos así lo vieron, mirando a Nada porque si Nada miraban, Todo veían. ¿ Entonces, cuáles son los ojos?

    … Sonreirán, juntos, por saber, al fin, que no hay lugar donde ir pues todo El Espacio está aqui; que “Las Grullas de La Imortalidad” nunca volaron tan alto como para perderse entre nubes de algodón; entre sueños de soñador.
    Y que siempre se alimentaron en tierra, elevándose erguidas sobre el barro.

    … Asi lo vieron, mirando a Nada porque si Nada miraban, Todo veían. Di, Corazón mío,que no son esos tus ojos.

    Agradeciendo, una vez más, tanta Bella Labor, le envío este humilde pero sincero, abrazo cercano…
    Álvaro.

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