Uno de los momentos musicales más sublimes del Oratorio de Navidad de Saint-Saëns es cuando en el octavo movimiento, la voz del tenor se alza sobre las ondulaciones musicales y centelleo de plata del órgano y el arpa, pronunciando “Tecum Principio”. Aún desconociendo el significado de estas palabras sentimos que el alma se estremece ante ellas, más cuando responde una voz femenina (soprano), que repitiendo el mismo tema se entrelaza con la primera, y con una tercera de un barítono.
Se trata del tercer verso del Salmo 110 (el 109 de la Septuaginta o de la Biblia de Jerusalén) y dice, literalmente: «tecum principium in die virtutis tuæ in splendoribus sanctorum ex utero ante luciferum genui te».
Aunque el canto del autor de Sansón y Dalila, sólo se extiende hasta “sanctorum”, según marcamos en letra negrita.
Estos Salmos (gran parte de ellos atribuidos al rey David) son cánticos que no sólo conmovieron el universo hebreo, sino quizás más aún el cristiano que los incluyó en sus liturgias y rituales.
Este Salmo es de los más misteriosos, porque incluye a un misterioso personaje, a Melquisedec, sacerdote del Altísimo que nunca muere, y que le habría dado la bendición a Abraham. Luego nos enteramos, según el mismo texto bíblico, que el mismísimo Jesús sería de esta “Orden de Melquisedec”.
De todos modos no es este “Rey de Justicia” (que es lo que significa Melquisedec, y que bien podemos asociar al Gran Iniciador que explica la Doctrina Secreta de H.P.Blavatsky, más específicamente el volumen de Cosmogénesis) el objeto de este artículo, que aparece en el siguiente verso de este mismo Salmo.
Más bien es la traducción y asombrosos significados del verso 3 íntegro, y es fácil ver que cada verso de estos Salmos, además de su relación con el contexto, es una enseñanza completa en sí mismo, como un aforismo o un sutra hindú con sus mil irisaciones semánticas.
Lo más curioso es la completa divergencia que hay, mucho más que en otros, en la traducción de este Salmo, y más aún, de este verso. Ello es debido a que aparece la palabra Lucifer (¡vade retro!), y aunque su lectura es, siempre lo fue, “estrella Venus”, como aquella que trae la luz, o estrella de la mañana, su sola presencia en la Edad Media debió causar trastornos digestivos teológicos. Aunque, por cierto, los escudos y la heráldica medieval no tuvieran este problema, según vemos en el escudo de la ciudad de Carmona: “Sicut Lucifer lucet in Aurora, sit in Wandalia Carmona” (así como Venus luce en la Aurora, así en Andalucía Carmona).
La segunda parte del verso, del Salmo 110, significa estricta, literalmente: EX ÚTERO ANTE LUCIFER GENUI TE. «Desde la matriz, ante Venus, te hice nacer (o “te di a luz”, o “te creé”, o “te engendré”)».
El texto es el de la Vulgata, traducido por San Jerónimo de la Biblia Septuaginta, en griego: ἐκ γαστρὸς πρὸ ἑωσφόρου ἐγέννησά σε.
Donde traducen el πρὸ (pro) como “antes de”, que es uno de sus significados, pero otro es “ante”, “delante de” o sea, “ante”, “cara a cara” “frente a”[1]. Generalmente se traduce como “desde el vientre te engendré antes de la aurora”, o sea, “antes que amaneciese”. Ya que el ante, en latín también significa tanto “antes” como “ante”, pero no tiene sentido decir “antes de Venus”. La palabra “Lucifer” es la traducción que se hace al latín de ἑωσφόρου (eosforoi) como aurora, pero este no es su significado, significa literalmente “el que trae la aurora”, “la estrella de la mañana”, Venus[2], o sea, que se traduce intencionadamente mal.
En la Biblia Hebrea, no necesariamente más fiable ni más antigua que la Septuaginta griega lo traducen de forma completamente diferente, como “desde el seno de la aurora tienes tú el rocío de tu juventud”,versión que ha adaptado la Biblia de Jerusalén, que lo traduce como:
“[Sobre los montes sagrados] serán para ti como rocío del seno de la aurora” (¿??). Y el editor de la misma especifica: “los textos griegos y hebreos difieren mucho en el verso 3”, por si las dudas.
La palabra “principio” en latín nos remite a su original, en griego, que es ἀρχὴ, “arjé”, que indica la condición plena y original de algo, su estado primero y puro. Y está en la frase primera del verso 3 “Contigo en el principio en el día de tu virtud en el esplendor de los santos”.
En su sentido mistérico, recogido después en enseñanzas teosóficas, en la Doctrina Secreta de H.P.Blavatsky, esta máxima, el verso 3 del Salmo 110, está pleno de significados.
El Logos Solar o Dios manifestado habla al Alma Humana y le dice que ha estado junto a ella, con todo su poder, desde el principio, o en el estado de plenitud original, irradiando la luz de la santidad y “desde mi seno te hice nacer ante Venus”, la Estrella de la Mañana. O sea, hace que despierte a la vida, en el mismo ser humano, ante y cuando se prende la llama de la Conciencia (Manas-Venus). Ahí, y en ese momento es, hace dieciocho millones de años, cuando según las viejas tradiciones, el “hijo de Dios”, la llama divina, despierta a su condición humana, en una personalidad, un nido de necesidades y pasiones, con la que ahora debe trabajar.
Según esta enseñanza, y “desde el otro lado del espejo”, es la misma Alma de la Tierra, que varias veces es identificada como el Jehová bíblico, y que es también una Virgen Madre, que hace nacer a la humanidad ante Venus, o sea, que lo presenta a la Estrella Venus, cuya luz y fuego espiritual han hecho nacer a este ser humano consciente en su matriz pura, la de la naturaleza (según la tradición hindú de los Manasaputras o la griega de Prometeo, robando el fuego de los Dioses y entregándoselo a los hombres). Venus es el duplo luminoso de la Tierra, y esta creación es suya, es su hija, es debido a su influjo y conciencia mental, aunque la gestación del ser humano dependa de nuestro planeta. El verso siguiente que menciona a Melquisedec completa el significado, pues el Iniciado, o sea, el Hombre completo es sacerdote de esta orden que con el fuego de Venus-Lucifer o de la conciencia, estableció las Escuelas de Misterios en toda la Tierra.

Curiosamente, en una de las portadas del disco de Saint-Saens, y no sé de dónde viene esta pintura, ilustra perfectamente esta enseñanza: La Tierra-Virgen Madre, presentando su hijo divino ante la luz de Venus o de la Estrella que ha permitido que creciera.
Sí, realmente, desde la matriz, y ante la Estrella del Alba, le ha hecho nacer, al alma, al ser divino.
Jose Carlos Fernández
Lisboa, 17 de enero del 2022
[1] Como podemos ver aquí https://outils.biblissima.fr/fr/eulexis-web/?lemma=%CF%80%CF%81%CE%BF&dict=LSJ
[2] https://outils.biblissima.fr/fr/eulexis-web/?lemma=%CE%B5%CF%89%CF%83%CF%86%CE%BF%CF%81%CE%BF%CF%82&dict=LSJ
Desde luego que la música es magia y ver que hay detrás de esas notas te abre puertas inimaginables ☺️ Gracias!