Filosofía

28 beneficios del Ideal filosófico Nueva Acrópolis

Después de más de 35 años como  miembro, y 30 años enseñando en la Organización Internacional Nueva Acrópolis, primero en La Coruña, luego en Madrid y en Córdoba, y ahora en Portugal tengo presenciado, gracias al cielo,  beneficios y transformaciones en mis compañeros y en mis discípulos y alumnos, y en general, en todos aquellos que han participado más tiempo o menos de este Ideal filosófico como voluntarios y estudiantes.

El profesor Jorge Ángel Livraga (1930-1991) fundador en 1957 en Buenos Aires de este Movimiento Filosófico, enseñaba que sin Ideal no hay Filosofía. ¡Y qué cierto es! Sin luz que guíe nuestra andadura en el reino de la mente, nos perdemos en sus laberintos sin esperanza. Sin inspiración el alma no llega a levantar vuelo, continúa siempre reptando en círculos cerrados. Pero cuando hay un Ideal, cuando se derrama la luz de lo que Platón llamaba Arquetipos (lo Justo, lo Bueno, lo Bello y la Verdad), hay guía en las tinieblas y hay amparo ante los vientos de la vida material – el mundo, el karma- que como decían los aztecas, cortan como cuchillas de obsidiana.

Al enumerar las transformaciones y beneficios que he observado en quienes me rodean durante todos estos años, he elegido la cifra de 28, porque, como en el budismo chino, podemos comparar al IDEAL –con mayúsculas-con una Luna llena –símbolo de la Sabiduría Eterna, también- “que se refleja en las movientes ondas de todos los ríos de la Tierra”, es decir, en todo aquello que vive y “serpentea” en la existencia, todo aquello que pugna por ser mejor, por encontrar y realizar su destino. Y así 28 es el número de las posiciones o ángulos, días del mes, con que esta Luna lanza su luz de plata sobre todos. O si usamos el simbolismo egipcio, 28 es el número de partes en que se divide el cuerpo de Osiris al ser fragmentado por su hermano enemigo, Set, siendo cada una de ellas así una cualidad o acceso hacia esta Bondad Suprema que el Dios representa. De todos modos, estas 28 son una lista que he confeccionado analizando mi propia experiencia. Es, de este modo, una visión personal, y que otros podrían aumentar con nuevos beneficios o sintetizarlos de manera diferente.

En esta lista están beneficios o transformaciones, el florecimiento del alma educada por  enseñanzas y vivencias sublimes, como el loto abre sus pétalos a la luz. Y también el camino que ha llevado a tales beneficios y transformaciones. A veces es difícil separar el camino del lugar al que dicho camino lleva, pues este lugar es también camino hacia otra realización mayor. E insisto que de ningún modo quiero sentar cátedra, sino que es simplemente una reflexión sobre lo que he visto en los otros, a veces, felizmente, en mí mismo, y desde luego en las enseñanzas sobre las que hemos trabajado. Evidentemente algunas de estas realizaciones o finalidades, forman parte directa o indirectamente de los mismos Principios de Nueva Acrópolis

  1. Conocimiento de uno mismo, sensibilidad hacia el otro.
  2. Religiosidad natural sin ningún tipo de fanatismo ni sectarismo, comulgar con el alma de la Naturaleza.
  3. Respeto a la Naturaleza y a todo lo que vive, desde el átomo a la estrella.
  4. Culto al valor, a la sinceridad, a la belleza –a través del arte- a los Valores Eternos que nos hacen hijos de los Dioses (o de Dios), pues es por la ausencia de ellos que hemos envenenado la vida, con todas sus secuelas de angustia y dolor.
  5. Combatir toda forma de violencia, de contaminación física o moral, de separatismo social, de mentiras e injusticias.
  6. Eclecticismo filosófico y vital. Escoger lo mejor de todo lo que la vida pone a nuestro alcance, las mejores oportunidades, las mejores ideas, los mejores recuerdos, los mejores libros o filmes, las mejores realizaciones, las mejores músicas, etc. Después de una justa y debida comparación individual.
  7. Experimentar y desarrollar los poderes del alma humana: la voluntad, la capacidad de amar, la empatía y comprensión, el discernimiento, la estabilidad interior, la resiliencia, la recta atención y concentración, la paciencia, la constancia y perseverancia, etc.
  8. Estudio comparado de ciencias, filosofías, religiones y artes, iluminando los panoramas del quehacer humano, de su búsqueda de la verdad, justicia, belleza y bien.
  9. Formación de un pensamiento sociopolítico descontaminado, que no sea esclavo del presente y abarque también un conocimiento de formas y soluciones del pasado que sirvan para el presente y aún nos permitan proyectar sanamente el futuro.
  10. Aprender a reconocer los engaños y trampas que hacen que perdamos la vida en tonterías.
  11. Un acceso natural, sencillo, profundo y lúcido al sentido de la vida.
  12. El camino del discípulo, el reencuentro con verdaderos maestros.
  13. Dominio interior, formación del carácter, serenidad.
  14. Mejorar las relaciones humanas: laborales, familiares, personales y afectivas.
  15. Alegría en el trabajo. Vivirlo como una ceremonia de creatividad y transformación.
  16. Saber lo que uno es y lo que uno quiere, no ser arrastrado por las corrientes de opinión ni por las modas.
  17. Aprender a conservar la libertad de criterio. Juzgar por uno mismo y no por los ojos y oídos de otros.
  18. Amar cada vez más la vida, por todas las oportunidades que nos da e ir perdiendo paulatinamente el miedo a la muerte.
  19. Cultivar la amistad filosófica, elevada, armónica, y no en base a intereses egoístas o una visión mezquina y estrecha de la vida.
  20. Amar la Historia, como maestra de vida, y aprender de ella. Recibir el legado de sus miles de años de experiencia y participar en Ella, escribir en sus páginas, aunque humildemente y en un trabajo conjunto.
  21. Amar y disfrutar el silencio y el diálogo interior, y la contemplación de todo lo que nos rodea, pero también la compañía de los otros.
  22. Educación permanente para todas las edades de la vida, amor a la sabiduría.
  23. Saber que la Humanidad tiene un futuro luminoso y glorioso, pero que es necesario construirlo desde el corazón hacia afuera, tal y como la semilla se convierte en árbol.
  24. Espiritualidad, como una aceleración luminosa de las propias vivencias internas, como un reencuentro con lo Sagrado, más allá de los nombres y formas que se le den.
  25. Vivencia de la moral como el espacio de nuestra libertad interior, como una comprensión de las leyes de la vida, y no como ningún tipo de imposición, de cárcel o sujeción.
  26. Espíritu de renovación, no quedar petrificado en las experiencias, ni en las buenas ni en las malas. Asumir las transformaciones (metamorfosis) necesarias sin perder las esencias, ni los principios ni los fines.
  27. Sentirse útil a uno mismo, a los propios ideales, a los que nos rodean, a la sociedad en que vivimos, y al mundo entero. Sentir así, el paso del tiempo como una bendición.
  28. Salvaguardar la pureza interior, el Niño de Oro o Principito que dentro de todos vive. Protegerlo con un poderoso espíritu crítico de todo aquello que pueda dañarle o sofocarle. Pues él será quien siga su camino hacia lo invisible e infinito.

 

Jose Carlos Fernández

Almada, 31 de julio del 2018

4 comentarios en “28 beneficios del Ideal filosófico Nueva Acrópolis”

  1. Cualquier persona que tenga solamente una cuarta parte,7 de las 28 mencionadas, no es posible que pueda vivir en este mundo, es como estar en medio del mar y decir que no hay agua. La practica trae consigo la experiencia. Usted solo explica palabras

    1. Tiene razón, cualquiera de estas máximas llevada al límite, a lo absoluto, nos separaría de este mundo y nos convertiría poco menos que en Santos o Arhats, por ejemplo, la primera, conocerse a sí mismo. Pero si las vemos como peldaños de una escalera, en dirección a un fin, como un camino en dirección a una meta, sí que se puede observar dicho avance, y garantizo que lo he observado en los otros, son vivencias, no sólo palabras, pero como tales vivencias, intransferibles.

  2. RETORNO DE UN VACÍO
    “…Vuelven Las Palabras a surgir dando forma a ese Abstracto que vibra eterno, como suspendido en un entorno inundado de inaudible eco…tan profundo tesoro.
    … Retorno de Un Vacío en donde emerge todo lo concebido…

    Y una vez más desvelan, como árbol de Otoño, La Esencia misma que brilla más allá de la noche y del día…
    … Entre Seres y Estares se mueven libres, ajenas a los momentos más dulces; indiferentes al ardor de Los Hombres que las emiten, pues, ya ves, que sólo son lo que son.

    … No destellan Las Estrellas por mirarlas… Acaso brillan al verlas.
    Y en “El Horizonte de Los Tiempos”, surge una bella Leyenda que se escribe cada noche si, allí donde nace El Alba, entregas tu propia Alma… pero…

    … pero mira hacia El Abismo; ese donde enloquecen los sonidos convirtiéndose en ruidos… también moran El Infinito de todo lo concebido…
    No los silencies, ni les busques un sentido… Inspira, templado, su caótica existencia y como sobre arcilla húmeda , esa que tus manos refresca, moldea tu misma Esencia, rehaciendo su Presencia…
    Palabras que ponen formas, ecos desde El Vacío…”

    Un abrazo pleno de sincera humildad y mayor admiración,
    Álvaro

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