Ciencia

Pruebas científicas de la homeopatía

homeopatia

Cuando Galileo, haciendo uso del primer telescopio, descubrió los cráteres lunares, las órbitas de Venus y los satélites de Júpiter, el mundo medieval se desmoronó, ahora de facto. En sus ideas, la tenaza eclesiástica e inquisitorial fue cediendo ante las nuevas ideas y evidencias. Las semillas de verdad crecían lenta, invariable y poderosamente en las conciencias abiertas de una nueva generación.

Y sin embargo, cuando Galileo mostraba a los sacerdotes y a los incrédulos para que mirasen por el ojo del telescopio, estos decían que los cráteres no eran tales, sino el desenfocar de las lentes. Y cuando mostraba reflejados en un papel las manchas solares, a pesar de todas las pruebas en contra, los monopolizadores del saber, esclavizadores del alma humana en aquel tiempo, decían que eran manchas de las lentes: siendo el Sol el trono e imagen de Dios, no podía tener manchas. Varios siglos después, observando otras frecuencias del espectro electromagnético (o sea, de la luz visible, más la luz para nosotros invisible), los científicos se dieron cuenta que, precisamente, de donde más luz irradiaba era de estas manchas, y que lo único que conocemos del Sol real, nos viene de estas ventanas abiertas en su fotosfera.

Hoy, el caballo de batalla es la Memoria del Agua, y los poderes mediáticos y farmacéuticos están furiosos, casi enloquecidos, para intentar convencer con todas sus armas legales o no, morales o no, de que la Homeopatía o las Flores de Bach no funcionan, algo no sólo evidente (el que funcionan), sino evidentísimo para cualquiera que o haya trabajado con ellas o se haya beneficiado de esta nueva ciencia (que en realidad no lo es tanto, pues aparece en Paracelso, y aún antes). Nos es difícil no creer que la mayor parte, si no todos, los artículos que salen en los grandes medios de difusión son artículos “pagados” millonariamente a estos para que, como vampiros, babosas, o sanguijuelas absorban la conciencia natural y búsqueda de la verdad de las gentes. Las que no por leer más son menos manipulables, simplemente hay que encontrar la tecla de los temores y trabajar el arte del birlibirloque, con que lo simplemente falso e inconcebible se convierte en verosímil, y lo verosímil en dogma, y éste en espada para agredir a los pertinaces que se aparten de la grey conducida por pastores que no son tales, pues no cuidan sus ovejas con perros guardianes, sino con lobos que las van devorando.

Es vergonzoso cómo la prensa, y aún la wikipedia se hacen eco de las versiones ya corregidas y adulteradas y se niegan a lo evidente, pues hay que ser muy puros para que el poder no nos corrompa, y más en este siglo de disolución y de tinieblas morales, en el que nos hacen creer que estamos en el mejor de los mundos porque nos alucinan con la tecnología y el consumo.

Señores y señoras, investiguemos un poco, pacientemente, tenazmente. No nos contentemos con el agua aceitosa de la superficie, vayamos más al fondo.

En el asunto de la Homeopatía, y en el famoso caso sobre el Dr. Jacques Benveniste (Nature, 1988), la mala intención, manipulación de datos y estadísticas, el quiebre de todos los protocolos científicos, la fantasmagoría y prestidigitación, la ocultación de evidencias (como las de los diferentes y prestigiosos laboratorios que repitieron la experiencia, cientos de veces y según todos los protocolos) no vino de este científico honrado y mártir, él junto todo su equipo. Sino del equipo de charlatanes enviados con la clara intención de demoler la reputación de Benveniste y que sirviera de escarmiento y amenaza para cualquier otro que intentara algo semejante. Es que las semillas de verdad son perseverantes, y siempre encuentran corazones idealistas dispuestos al sacrificio y al combate por aquello que es justo, noble, bello y bueno. Esto es lo que se deduce y se demuestra en el libro The Memory of Water, de Michel Schiff, de forma natural, sencilla, razonada y aportando todo tipo de pruebas de las que no se puede huir sin caer en las fauces compulsivas de la sinrazón. Quien quiera evidencias de quién enarboló en aquel debate la bandera de lo justo y la buena fe, de la seriedad, lea el libro, juzgue y compare. En la Historia quedan siempre registros de los actos, basta tan sólo considerarlos de nuevo, atentamente, juzgar el juicio de brujas e inquisitorial a que fue sometido Benveniste y que arruinaron toda su carrera y prestigio. Claro, el que quiera seguir viendo manchas, y no cráteres en la Luna, también él en algún momento tendrá su oportunidad, puede que incluso alguna vez le lleven a visitar a nuestra Reina de la Noche, de aquí a varios miles de años, en alguna próxima encarnación.

Respecto a que no hay pruebas científicas de la memoria del agua, fundamento de la Homeopatía, es simplemente falso. Estas pruebas o se ocultan o cuando no se puede son villanamente descalificadas, menospreciadas. Igual que los sofismas de que, tal homeópata no quiso tratar a su hijo de tal enfermedad, sino con los remedios homeopáticos y el tal murió. Siempre habrá burros que hacen burradas y quienes, sean cuales sean sus títulos, que no muestren un átomo de sentido común. Y estos casos abundan en todas las áreas de la vida. El fanatismo ciego, siempre es peligroso para uno mismo y para los que le rodean, en las ciencias llamadas ortodoxas y en las despreciadas como alternativas.

Qué magnífico artículo, sobre esta actitud de cazabrujas, salió en el Confidencial, el 6 de octubre del 2015, de la pluma de Esteban Hernández: Los ciencinazis y los verdaderos magufos, una teoría sobre la insensatez humana.

Pruebas, aquí van algunas, y de los más prestigiosos laboratorios y universidades, entre cientos de ellas. Todas son mencionadas por uno de los comentadores del artículo mencionado y que firma como Alert A y que demuestra ser un profundo y exhaustivo conocedor del tema. Recomiendo ir al artículo para quien quiera más información. Aparece con su título y características en inglés, tal y como  están en el original, con los comentarios de este valiente personaje.

Repito, todo lo que ahí aparece está extraído de los comentarios de este personaje, Alert A, en el artículo ya mencionado. Toda nuestra gratitud, y de todos los presentes y futuros beneficiados de la Homeopatía, que no caigan en las redes apestadas de los intereses egoístas contrarios al progreso humano. Los que no quieren que nos curemos, sino que estemos siempre enfermos y dependientes, siempre con deudas, siempre esclavos, siempre humillados.

Se han elegido sólo algunos fragmentos. Sus razonamientos y cómo rebate a los que se alzan contra la homeopatía armados de sus prejuicios, lo dejamos de lado, y recomendamos al lector interesado que lo busque y lea, no tiene desperdicio. Para hacerlo más fácil de leer he numerado las pruebas que aporta de la eficacia de la Homeopatía.

Recomendamos también que vean el documental La Memoria del Agua[1], donde el premio Nobel co-descubridor del virus del Sida, el profesor Montaigner, retoma la bandera y las investigaciones de Benveniste

https://www.youtube.com/watch?v=XiwRvYdB76E

 

Jose Carlos Fernández

 


[1] En el original “On a retrouvé la memoire de l’eau”

1 comentario en “Pruebas científicas de la homeopatía”

  1. Gracias a la homeopatía y las flores de Bach recuperé mi salud física y emocional. Ahora equilibrado, en armonía y libre comparto con amigos mi experiencia y les recomiendo que visiten http://www.seraphisperu.com para acudir al centro más cercano. Gracias Dr. Jacques Benveniste… Saludos desde Cajamarca – Perú.

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