Historia

¿La escritura nació en Hispania? II

(parte 1) 

Otra pista de interés en la búsqueda de una “escritura atlante” puede venir de los “Ladrillos de Comalcalco”, muy estudiados por Neil Steed[1] y Barry Fell[2]. Comalcalco es una importante ciudad maya situada en Tabasco, al sureste de México. Una ciudad singular, sin duda, entre otras ciudades mayas, por estar construida íntegramente en ladrillos cerámicos: millones y millones de ladrillos de arcilla cocida forman las 375 estructuras de esta ciudad, incluyendo una pirámide escalonada. 

Pirámides de Comacalco. Extraído de la wikipedia.

Las excavaciones del Instituto Nacional de Antropología e Historia, desde 1977 permitieron saber que la ciudad entera estaba hecha con estos ladrillos (semejantes en su medida a lo que usaban los Romanos en sus murallas) y que dichos ladrillos tenían inscripciones en su cara interna, haciéndose visibles al separarlos del mortero de conchas de ostras, que les servía de unión. 

Algunos de los signos de las tablillas de Comacalco (dcha) comparados con inscripciones de cantero romanas (izda)

Neil Steed fotografió más de 4.600 de estas inscripciones, que revelaron, en su mayor parte, glifos mayas, pero otros[3], ¡¡¡signos fenicios, libios, egipcios, ogámicos, Tifinag, Chinos, Burmeses y Paliburmeses!!! (y me pregunto, ¿no se tratará de signos que sean comunes en todas estas lenguas?) Otros tenían diseños y modelos en relieve, y 308 eran signos o motivos desconocidos o indescifrables. En algunos, por ejemplo, aparecen representados elefantes y otros animales que no son oriundos de las Américas.

Cerámica de Comacalco representando una lechuza.

Aunque la ciudad es situada por los arqueólogos académicos en un periodo que va del siglo VIII al X d. C., sin embargo, la datación del lenguaje, inequívoca, le atribuye una antigüedad mayor, hasta del siglo I. d. C.

Esta ciudad debe ser una caja de sorpresas, pues aún no han sido examinados ni el 1 por ciento del total de ladrillos y es asombroso lo que nos puede deparar el futuro.

Algunos de los ladrillos con inscripciones en Comacalco

Estos ladrillos eran primero secados al Sol y después cocidos en hornos cerámicos, que vitrificaban su estructura y fijaban los signos en ellos inscritos. Tal y como encontramos también en Roma, hallamos en los mismos, huellas de manos y pies de niños, cuando no las pisadas de un perro.

Barry Fell realizó un estudio sorprendente de las “marcas de cantero” que aparecen en más de 1.500 de estos ladrillos; probando que son idénticas, en su mayor parte, a las que aparecen en los ladrillos romanos en Europa y el Norte de África y –esto es lo que realmente nos interesa- a las marcas de cantero de la Hélade (desde el Periodo Geométrico), del Minoico Medio, ¡y a muchos de los signos de la lengua tartéssica-ibero- etrusca- fenicia que nos estamos refiriendo en este artículo como “escritura atlante”. El alfabeto fenicio, como gran parte del íbero y el etrusco están reproducido íntegramente en estos ladrillos.

Cerámica griega con ejemplo de alfabeto

Recordemos la sacralidad que estos signos o “marcas de cantero” tenían en la Edad Media, sacralidad –valor mágico religioso- que pudo tener también en el Imperio Romano o en el Minoico 1.500 años antes. Recordemos también que estos signos aparecen grabados en los sillares de muchos templos egipcios (como el de Debod, ahora en Madrid, o el de Ramses III) y son atribuidos a los maestros constructores cretenses. Y cómo, cada uno de ellos, tiene un valor simbólico y un significado clave, de extrema importancia. Tal y como explica Platón en el Cratilo; en la filosofía de estas altas culturas dominaba la idea de que así como el Logos usó un número de fuerzas, arquetipos o números para construir el Cosmos; los alfabetos o silabarios de las diferentes lenguas, la griega, por ejemplo, eran una serie de símbolos clave para entender la estructura racional del mundo, el alma de la Naturaleza. Este es el significado e importancia que le dieron los kabalistas a sus letras hebreas (de origen fenicio) y los filósofos griegos a sus lexaritmos o los sacerdotes brahmanes a sus signos devanagari: un sistema codificado por los Iniciados que expresara el código con que la Mente Divina ordenó el caos, un sistema orgánico de ideas-base que sirviera de una verdadera filosofía, y que permitiera, como si se tratase de llaves, abrir las diferentes puertas de la Naturaleza.

¿Serán estos signos una forma adaptada de aquel misterioso lenguaje Senzar, que nos dice H.P. Blavatsky, y que servía de lengua de origen divino y de uso común entre todos los Iniciados, fuera cual fuera la civilización en que trabajaran?

Algunos de estos signos los hallamos extendidos por toda la Tierra con una significación mágica religiosa, y muchas veces incorporados en las diferentes lenguas. Por ejemplo:

1-      Las Aguas Primordiales, matriz de toda generación

Representación de la diosa súmera Ishtar, la diosa Venus

2-      La Estrella de Ocho Puntas, símbolo de Venus, pues cinco revoluciones anuales de la Tierra coinciden con ocho de Venus.

Símbolo del Logos Creador en la religión jainista de la India

3-      La Esvástica, signo de la Voluntad Divina y del Sol, y, como su nombre en sánscrito indica, “aquello que se agita por sí mismo”, es decir, “lo autoengendrado”

 

4-      La Cruz que forma el alma humana con su horizonte natural y el espíritu con la materia

Sepultura románica con cruz y pata de la oca dentro de un círculo con media luna, en la página del Foro Club del Románico

 5-Pata de Oca, o huella del dragón-sabiduría, tan presente en el románico jacobino

Hacha de Doble Filo o Labrys Micénica, símbolo de sus reyes

6-El Hacha de Doble Filo, la Acción que objetiva, que diferencia y que abre el camino para las Vidas; la plasmación de las Ideas Divinas. Símbolo de realeza hasta en la religión yorubá (el culto a Tchangó de la santería) 

7- El Triángulo, símbolo del equilibrio, de la armonía y del Fuego, y por tanto, del Logos en el sentido platónico

 

8-El Rombo o Tetractis, un modo de simbolizar la acción en la Naturaleza de la Década Divina. El triángulo reflejado en el espejo de la Naturaleza.

 

9- El Fuego que se eleva y el Agua que desciende y fertiliza: Espíritu y Materia en movimiento.

Pieza de joyería egipcia, Ojo de Horus sobre el jeroglífico Neb, que significa “dueño, poseedor”

10- El Ojo, la conciencia, el Sol, el Mundo

Runa Sieg, “victoria”

11- El Rayo o Zigzag creador, la Serpiente de Luz (Fohat) que desciende del Cielo a la Tierra 

Cerámica griega de Kamares, con ajedrezado

12- El “Ajedrezado”, símbolo de la alternancia de los opuestos y de los ciclos-medida del tiempo. Símbolo clave en el Neolítico y tantas veces figurado en los petroglifos. Se convirtió en el jeroglífico egipcio del fuego Senet, y en la Parrilla de San Lorienzo. Es también un símbolo masónico por excelencia. 

Cerámica Dipylon del periodo geométrico griego. En ella se muestran puntos en el interior de un círculo, hachas, aguas primordiales, ajedrezados, zigzags y esvásticas

13- El Punto, síntesis de la Realidad-Una; el “Uno Ilusorio” que dibuja, con su movimiento los mil y un rostros de la Divinidad (las Figuras Geométricas). La conciencia humana o divina sintetizada en su raíz.

 

14- La Tau o el Árbol de la Vida.

 

15- La Resh hebrea o R íbero- tartéssica, la cabeza, la primera emanación o manifestación vital del círculo divino. 

Letra hebrea Resh, cabeza, dentro de un triángulo equilátero

Y tantos y tantos otros de los que podemos especular pero no acertamos a saber su significado. Es importante de todos modos, recordar que en la Antigüedad los alfabetos o silabarios eran construidos “científicamente” de acuerdo a la Geometría Sagrada para expresar la matriz de significados clave de la Naturaleza. En algunos silabarios, de carácer mágico, como las runas germánicas, esto es muy evidente.

 

Pero quizás debamos retroceder más en el tiempo y descubrir que estos signos de “escritura atlante” están inscritos desde el mesolítico[4], y con más de diez mil años de antigüedad. ¡Qué importante debió ser el simbolismo y la magia asociada a los mismos, para perpetuarse a través de los milenios, y en decenas de culturas diferentes! En la localidad Mas d`Azil, Francia, cercana a los Pirineos y en una caverna habitada en el Neolítico se hallaron decenas de piezas artísticas de gran belleza y significado: representaciones zoomorfas, huesos grabados con escenas de renos y peces, una estatuilla -¡bellísima! de una Diosa Madre y otra de un cervatillo y…otra vez los signos mencionados grabados en estos mismos huesos y en piedras de río. De estos signos, 8 forman parte del alfabeto “egeo”,  9 del chipriota y 11 son fenicios. Se trata sin duda de una lengua madre que originó los posteriores alfabetos.

Signos encontrados en la cueva de Mas d’Azil

En esta gruta con restos de más de 10. 000 años de antigüedad, el arte llega, por veces a una perfección admirable, como la de esta cabeza de caballo.

Cabeza de caballo en el Museo de Antigüedades Nacionales, en Saint-Germain-en-Laye

Hay más aún. Hallamos estos signos en las pinturas rupestres en las cuevas. Con una antigüedad de 14.000 años (según los especialistas) en Les Eysles, de 19.000 sobre unos caballos en  la Gruta de
Conquer y de 20. 000 en un bisonte en Peche Merle.  Eso sí, los signos están en grupos de tres o cuatro por lo que se podría decir que son motivos “alfabetiformes” o que es casualidad que aparezcan. ¿pero lo es verdaderamente?
 

Caballos en la Gruta de Conquer

Y también en los diferentes abrigos rocosos en España, como podemos ver en este cuadro de signos distribuidos por la península:

 

Donde no hay duda de que se trata de una escritura y que los signos son los que luego se van a repetir en el fenicio, en las distintas lenguas del Mar Egeo, el etrusco, el tartéssico, el ibérico, y aún el alfabeto sabeo (que deriva, al parecer del etíope), el brahmi de la India, etc, etc, son los textos o signos aislados que aparecieron, repartidos en todo el mundo, y asociados siempre al neolítico (antes siquiera que tengamos conocimiento de que se trabajaban los metales). Estos signos, por su antigüedad y por su probable origen, los encontramos, exactos, como dijimos, y siempre con una antigüedad que oscila desde el 3.000 a. C. y el 7.000 a. C. , en el poblado neolítico de Banpo, en la China, y en los misteriosos y polémicos enterramientos de Glozel, Francia, ya mencionados; en la cultura dolménica de Huelva, España; en Alvao, Noreste de Portugal (en Tras-os-montes); en inscripciones en hueso en Galicia,  en la más primitiva Grecia Micénica; en la Macedonia; en la llamada Cultura Vinka, junto al Danubio, en el Egipto Predinástico, etc.  Esto es lo que está claramente documentado y conozco; es seguro que hay mucha información que no es fácil compilar. Quiero referir una conversación con el director del Museo de Tiahuanaco, que decía haberlos hallado también en cerámicas Tiahuanacotas, en Bolivia, y también los hallamos en petroglifos en las Islas Azores, o los llamados signos alfabetiformes de Gran Canaria (¿se trata de signos de la cultura líbico bereber?)[5]

Signos líbico- bereberes en Tenerife

 

Signos alfabetiformes en la Isla de Hierro

Vaso Kero de la cultura tiahuanaco, con la omnipresente S itálica

Examinemos algunos de estos ejemplos de “escritura atlante”: 

ESCRITURA DE LA CULTURA DOLMENICA EN HUELVA 

No nos referiremos aquí a los motivos iconográficos, y seguro que con un valor simbólico muy profundo, que aparecen en muchos de los megalitos, de toda la Península Ibérica, de la Bretaña, en Inglaterra, etc…Tampoco a las llamadas “cazoletas” o pequeñas concavidades que aparecen en estos, reproduciendo la forma de una serpiente, o numerosos y caóticos, posible representación de conjuntos estelares, o expresión de leyes geométricas y matemáticas; sino a signos escritos y semejantes o idénticos a la escritura que estamos llamando “atlante”. ¿Cómo nos puede extrañar una lengua escrita tan antigua en el Suroeste peninsular cuando Estrabón  nos decía que los turdetanos tenían leyes escritas desde hacía más de 6.000 años? La Dra Ana Mª Vazquez Hoys[8], del Departamento de Historia Antigua de la UNED, en Madrid, ha realizado un estudio sobre varias piezas depositadas en el Museo Arqueológico de Huelva, y ha rescatado información del arqueólogo Carlos Cerdán que participó en dichas excavaciones en 1946, información a la que, como no era el momento, no se le dio la importancia debida.

Escrituras paleohispánicas de época megalítica en una piedra oval hallada en el dolmen de Cúpula, Huelva

Esta entrevista aparece en la revista Arqueología, Madrid, de Marzo del 2005[9]. La Dra Ana Mª Vazquez identifica dos tipos de escritura, una que llama lineal, tipo San Bartolomé(por el lugar de procedencia)o Huelva I, está compuesta por 24 signos que aparecen, todos en la misma pieza de un enterramiento, una especie de vulva o raspador para flechas, hallado en el Dolmen de la Cúpula en la finca de Cabezo de las Palmas, en el término de San Bartolomé.  

Escritura en el en el dolmen de la Zarcita, Huelva, una especie de pequeña nave en cerámica, datada en el IV ó III Milenio a. C.

Algunos de sus signos son los mismos que los de la escritura “atlante” que estudiamos y fueron identificados en el momento de su excavación como “letras íberas”, extrañamente, pues son dos mil quinientos años anteriores. Y una segunda escritura que llama “cuadrada”, con sólo cuatro signos, en una navecita de cerámica, perteneciente a un ajuar funerario hallado en el dolmen de la Zarcita. Estos signos son semejantes a los de Ftelia, en Miconos, Grecia,  y la pieza recuerda a otras semejantes de las culturas cícladas, dice la Dra Ana Mª Vazquez. Estas piezas fueron datadas como del cuarto o el tercer milenio antes de nuestra era

Signos de escritura hallados en la tabla de Dispilio , con una antiguedad de entre el 7.250 y el 5.300 a.C. y encontrada en la localidad de este mismo nombre, en Grecia.

 

LA ESCRITURA DE BAMPO, EN CHINA 
Cerámica hallada en el poblado neolítico de Banpo, China

Uno de los más sorprendentes hallazgos de las últimas décadas en relación con el nacimiento de la escritura y las pruebas de una fuente común, ¿atlante? para tierras tan distantes como Portugal y China; es el del poblado neolítico de Banpo, cerca de la moderna ciudad de Xiân, perteneciente a la llamada cultura de Yangsho. Se encontraron numerosas y bellísimas cerámicas con diseños geométricos y colores que recuerdan las cerámicas neolíticas griegas. Varias de estas cerámicas tenían una serie de inscripciones, con un sistema de 30 signos, de las que se supone que cinco serían numerales (Han sido interpretados como el 1, el 2, el 5, el 7 y el 8), y no menos de 13 son idénticos a los hallados en los silabarios ibero-tartéssicos- fenicios.

Restos de cerámica Banpo, en China

Han sido datados, según las pruebas de radiocarbono, entre los años 4770 y 4.085 a. C. Los académicos chinos se quedaron sorprendidos por el “carácter no pictográfico de los primeros signos de la escritura” y están en paz porque no se han decidido a compararlos con los signos fenicios y de los dólmenes de Portugal; o si lo han hecho, nada dicen. Ahora resulta, según todas las evidencias arqueológicas, que contrariamente a lo que se ha enseñado durante casi un siglo, los primeros signos no son pictogramas, es decir representaciones esbozadas naturalistas, sino que son signos geométricos, ideogramas, por tanto, pues cada uno de ellos representa una idea, un concepto abstracto.  

Símbolos presentes en la cerámica neolítica Banpo, China

En realidad cada uno de estos signos a que nos estamos refiriendo, y que aparecen también en la cultura Vinka (4.500 a. C), y macedónica (hasta el 7.000 a. C.), son símbolos mágicos y poderosos, portadores de una “revelación”, es decir, de un profundísimo significado filosófico, de un poder de la naturaleza, de un signo de la Mente Divina, una dádiva, según las primitivas culturas, de los Dioses a los hombres. Es la geometría la que se convierte en letra y signo escrito, y no la imagen (pictograma) la que evoluciona hasta simplificarse en signo. Al menos esto es así con esta lengua neolítica, una de las más antiguas que conocemos y de probable origen atlante. Es la Geometría misma, el Número, que se convierte en Naturaleza, y no sólo nuestra percepción de la Naturaleza la que asume forma geométrica.

Signos de la escritura hallada en Jiahu

De todos modos los especialistas chinos pueden descansar, porque en 1999 se hallaron, en Jiahu, en la provincia de Henan, tumbas fechadas entre el 6.600 a. C. y el 6.200 a. C., con caparazones rituales de tortuga donde pudieron identificar 11 signos iguales a los que aparecieron en la dinastía Shang (1.700- 1.100 a. C.), y que sí son pictogramas, pero que nada tienen que ver con los de Banpo a que nos estamos refiriendo. Estos pictogramas sí serían los signos más antiguos conocidos hasta el presente en China, y son la base de la futura escritura china. Si esto es así debemos hablar de una continuidad cultural (que no civilizatoria) de más de 8.000 años. Es claro que tanto la India, como Egipto y China nos pueden reservar este tipo de sorpresas.

Lu Wei y Max Aiken, en su artículo Origins and evolution of chinese writing systems and preliminary counting relationship, nos dicen que los signos que más se repiten en la más primitiva forma de escritura, sobre cerámica (se está refiriendo a la escritura de Banpo) son los números, de lo que deducen que el propósito de la creación o innovación del sistema de escritura, en China, fue el contar. ¡ESTO ES ABSURDO!, los números, aislados, como símbolos, tienen un valor sagrado y, como dijimos, lleno de significación. Cada letra-número representa un principio de la Naturaleza, tal como, aunque con otro sentido, expresó Galileo Galilei cuando dijo que la matemática es el alfabeto con el que Dios construyó el Universo.

Escena llamada del “astrónomo” en el Códice Dresde

Pensemos, por ejemplo, en una escena que aparece en el Códice maya de Dresde, y en la que hallamos una imagen, que llaman, del vidente, envuelta como en un amnios, como si estuviera dentro de un huevo. De sus ojos, o quizás mejor, de su frente, nace una especie como de brazo que atraviesa todo este amnios, sale del huevo y agarra una línea horizontal, que en matemática maya, significa el número cinco. Este “cinco” no es una cuenta ni la medida de “algo”, sino el número Cinco como principio, que la ciencia filosófica de todas las civilizaciones vinculó a la Mente Divina en el Hombre, a la Visión Interior, al Hombre Nuevo o Perfecto, el mismo que representa Leonardo da Vinci como un hombre diseñando con su esforzado gesto un pantaclo o estrella de cinco puntas, el Quincunce azteca o Sol de Movimiento. El Cuatro, en este contexto, son las limitaciones, el Hombre en cruz, el Karma, el espíritu crucificado en la materia, incapaz de ver; el alma rodeada de un amnios formado de su propia ignorancia, de sus propias opiniones y pasiones que le atan al mundo y a su propia personalidad egocéntrica, de sus propios detritos que surgen de la reacciones violentas con el entorno. En fin, el alma que aún no salió del huevo, lo que le impide conocer la realidad como verdaderamente es, pues esto, vencer las propias limitaciones y salir del Huevo, como una serpiente, era y es sólo posible para los Iniciados. Todos los demás nos debemos conformar con los rectos pensamientos y con acostumbrar a oír nuestro propio corazón profundo, pues las rectas y perfectas evidencias aún esperan. 

(continuará)…


[1]  Neil Steed, The Bricks of Comalcalco, ANCIENT AMERICAN 1:8 September/October 1994

[2] Barry Fell,  The Comalcalco Bricks: Part 1. The Roman Phase  Ocassional Papers, Epigraphic Society 19: 299, 1990)

[3] 499 de estos ladrillos tenían inscripciones “fuera de contexto” según nuestro actual paradigma histórico

[4] Según el escriptólogo Georgeos Diaz Montexano y el más que erudito Jorge Mª Ribero-Meneses hallamos estos signos ¡desde el Paleolítico!

[5] Ver blog Arqueoastronomía. Iruene la Palma. http://iruene-la-palma.blogspot.com/2007_10_01_archive.html

 

[6] Ver el archivo de inscripciones libico-bereberes en Gran Canaria, en el Proyecto LBI, página http://lbi-project.org/index.php

[7] Ver artículo Antropología del pueblo bimbache. Pagina web http://www.elvigia.es/hierro/paginas/antropologia.htm

 

[8] Casi un año después de escribir este artículo y que salió traducido y editado al portugués en el libro La Atlántida,  de varios autores y de la editorial Nova Acropole, Lisboa, año 2007; he leído con placer el libro Las golondrinas de Tartessos (sobre el origen de la escritura) de la Editorial Almuzara y escrito por la Dra Ana Mª Vazquez Hoys. En el se expone una reinterpretación académica de la Historia que era ya tan necesaria. En este libro se exponen, además de algunos de los citados, multitud de hechos nuevos (todos con fotografías y diagramas), y teorías que permitan una justa comprensión de estos hechos. Es un libro que recomiendo al lector interesado en una visión de la Protohistoria mucho más amplia de aquella a la que estamos acostumbrado. Es notable también la capacidad de síntesis y pedagógica de la autora que torna este tema árido para el no especialista en una fácil y agradable lectura.

1 comentario en “¿La escritura nació en Hispania? II”

  1. lei una vez un aticulo en el que aparecían ruinas encontradas en las proximidades de Huelva . Eran exactas , pero mas pequeñas , a las representaciones que he visto de la magnifica ciudad Atlante . Me impacto e intrigo , asi como el prefijo ATL , que aparece en varios lugares e idiomas del mundo. Por otra parte , hay especies de aves que , en su recorrido cruzando el Atlantico , detienen su vuelo en línea recta y dan círculos durante días siempre sobre una misma zona antes de reemprender su camino…. Troya se creía una leyenda hasta que se encontraron sus restos …
    si , soy de los que creen en LA ATLANTIDA ,, estare loca ?? El tiempo lo dira ¡¡

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